sábado, 11 de enero de 2014

Monsanto pretende cultivar marihuana en urugauy


La multinacional Monsanto busca patentar una nueva semilla de cáñamo transgénico para su cultivo en Uruguay. A su vez, la fundación Open Society y el grupo Drug Policy Alliance (DPA) planean comercializar dicha marihuana bajo una marca propia.
Una persona física está detrás de las dos organizaciones no gubernamentales y se encuentra también entre los accionistas de Monsanto. Se trata del multimillonario estadounidense George Soros. Según el proyecto mediático AreaX, sobre él recaen las sospechas de haber impulsado un 'lobby' por la despenalización del cannabis en el país sudamericano que anticipó la decisión al respecto de las autoridades nacionales.


El 'lobby' es denunciado en la televisión uruguaya y por muchos blogueros desde hace meses. Los medios de información citaron incluso el costo de la campaña televisiva a favor de la "regulación responsable" de la marihuana en Uruguay, que era de unos 100.000 dólares.
Según los críticos, el objetivo tanto de Monsanto como de los dos organismos fundados por el famoso inversionista de origen húngaro es fundar un nuevo mercado regulado por sus propios intereses.
Entre las explicaciones existentes del interés especial por el nuevo producto por parte de la empresa especializada en semillas transgénicas prevalece la que relaciona los planes de la multinacional con el desarrollo de la marihuana medicinal. Los híbridos genéticamente modificados de cáñamo podrían producir más sustancias activas, creen los expertos. Con el tiempo podrían patentar y comercializar como fármacos, aprovechando su condición monopolista.

Pese a la polémica al respecto, el uso de la marihuana con fines medicinales se extiende por distintos países del mundo. Hace pocos días la industria farmacéutica de Francia lanzó un medicamento a base de cannabinoides. La misma clase de compuestos orgánicos forma parte de decenas de medicinas, cremas y aditivos alimentarios fabricados en la República Checa.
Canadá destaca como el mercado potencial más grande del cannabis genéticamente modificado (OGM). El Gobierno canadiense se puso en contacto con Montevideo para estudiar la posibilidad de comprarle marihuana poco después de que el país sudamericano aprobara la venta y distribución del cannabis en su territorio.
El hecho es el siguiente: el pasado martes, agentes de Antinarcóticos de la Policía Nacional hallaron, destruyeron e incineraron unas tres hectáreas de marihuana en la localidad de Ypehû, departamento de Canindeyú. La “hierba maldita” fue catalogada como “transgénica” por los intervinientes, ya que esta variedad es conocida con este mote.
Al denominar “transgénico” a un rubro agrícola, inmediatamente se interpreta que la variedad fue genéticamente modificada para lograr un mayor rendimiento por hectárea, o bien, soportar el ataque de alguna plaga específica.
En cuanto a biotecnología, Paraguay es uno de los países más rezagados en la región por la escasa aprobación de eventos transgénicos. Esta circunstancia podría tener su origen en un desinterés gubernamental o en la falta de superación de un debate ideológico-pseudocientífico sin fundamento sostenido.
Para salir de dudas, conversamos con el jefe de Antinarcóticos de la Policía Nacional, Rufino Gil, quien dijo que en nuestro país existen unas siete variedades de marihuana. La hierba que se halló en el departamento de Canindeyú tenía características diferentes a las que normalmente se cultivan en la zona.
Esta variedad contiene una resina más pura y los arbustos pueden alcanzar una altura de entre 1,50 y 1,70 metros de altura. Además, esta marihuana goza de una inmensa cantidad de tetrahidrocannabinol, un metabolito secundario que conforma el constituyente psicoactivo que actúa directamente sobre el sistema nervioso central, mitigando el dolor de quien lo utiliza con un efecto analgésico.
Las características especiales de esta variedad hacen creer que en realidad podría tratarse de una variedad transgénica. Los efectos son mucho mayores que la marihuana “tradicional”, lo que motivaría a los traficantes a comercializarla, teniendo en cuenta su aceptación. Paraguay cuenta con una organización civil denominada Instituto Nacional de Biotecnología (Inbio), un organismo dedicado a la investigación, específicamente en el rubro agrícola. Consultamos al respecto con el titular del Instituto, Ricardo Wollmeister, quien sostuvo que Paraguay siempre ha tenido una política muy clara, que es la de incentivar al Gobierno en el campo de la investigación científica.

Explicó que el Inbio desconoce cualquier producto que pueda tener relación con la marihuana. Es más, expresó su sorpresa ante el hallazgo de marihuana “transgénica”, ya que nunca leyó ni escuchó algo sobre esta variedad. Ahora bien, Wollmeister reconoció que la misma puede ser producto de experimentos realizados en la clandestinidad, ya que, para desarrollar una variedad diferente, se necesita de condiciones económicas favorables, una de las principales características del sector dedicado a la producción, tráfico y comercialización de drogas. La aprobación de un evento biotecnológico es un proceso que lleva años, aproximadamente 10, ya que el desarrollo va desde las investigaciones -pasando por las pruebas- hasta finalmente llegar a los análisis finales. Desde ese momento, ya queda en el campo gubernamental la aprobación -o rechazo- del transgénico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario