viernes, 10 de enero de 2014

La Vida Vino de Marte a Través de un Meteorito, Según Experto


Marte podría albergar restos de vida microscópica, a pesar de la radiaciones y el ambiente hostil del planeta rojo, según un trabajo presentado este lunes en el Congreso Europeo de Ciencia Planetaria (EPSC, por sus en inglés) que se celebra en Londres. Los espectrómetros que llevará acoplados el robot móvil que la Agencia Espacial Europea (ESA) enviará a Marte en 2018 serán capaces de detectar las trazas de organismos biológicos que podrían hallarse en el suelo marciano, según éstos astrobiólogos.
El robot incluirá un aparato similar a los que se utilizan para conocer los secretos de obras de arte antiguas y para detectar explosivos en los aeropuertos. Con él, los investigadores esperan descubrir restos de microorganismos que hayan perdurado a pesar de los altos niveles de radiación que imperan en la superficie marciana. Al contrario que la Tierra, Marte no cuenta con una atmósfera significativa ni con un campo magnético global, por lo que se encuentra desprotegido ante las ondas y partículas que llegan desde el espacio exterior.
La radiación cósmica supone un problema para la salud de los astronautas, pero también para la supervivencia de los organismos más simples e incluso amenaza la conservación de restos biológicos antiguos. La espectroscopia que utilizará la ESA “es una técnica versátil y extraordinariamente sensible que puede revelar detalles del interior de las rocas” así como “detectar moléculas orgánicas y signos de vida”, afirmó Lewis Dartnell, investigador de la universidad británica de Leicester.
Los instrumentos que estudiarán la superficie marciana en 2018 permitirán detectar restos de carotenoides, unos pigmentos orgánicos que los microorganismos utilizan para protegerse contra las radiaciones hostiles. Los científicos creen que los carotenoides en las rocas marcianas podrían ser una de las firmas que habrían dejado antiguas formas de vida extraterrestres. La NASA anunció este jueves el descubrimiento de unas manchas superficiales en las laderas de Marte que podrían estar formadas por agua salada, abriendo así de nuevo una posibilidad de encontrar vida en el planeta rojo. El hallazgo se ha hecho gracias al análisis de una serie de imágenes tomadas por el Experimento Científico de Imágenes de Alta Resolución (HiRise) del Orbitador de Reconocimiento de Marte (MRO, por su sigla en inglés), que explora el planeta rojo desde 2006. El director de la investigación científica del programa de exploración a Marte de la NASA, Michael Meyer hizo el anuncio en una rueda de prensa junto con el profesor Alfred McEwen de la Universidad de Arizona, entre otros miembros del equipo. “Estamos muy contentos con este descubrimiento, pero es el principio de un proceso que acabamos de empezar”, señaló McEwen. Marte no ha dado pruebas definitivas de que actualmente haya agua líquida activa en la superficie del planeta, aunque sí se ha detectado agua congelada cerca de la superficie en regiones de latitud media y alta. Según explicaron, estos grupos de líneas oscuras podrían quizás estar formadas por un flujo de agua salada, aunque de momento se trata sólo de una hipótesis, ya que las observaciones reportadas en esta primera fase del estudio no lo prueban. Lisa Pratt, bioquímica y geóloga de la Universidad de Indiana, señaló que todavía es una opción “muy especulativa” pero si se confirmara que se trata de un fluido reabriría las posibilidades de encontrar microorganismos en el planeta rojo. Las imágenes estudiadas cubren una variedad de latitudes y abarcan un periodo de aproximadamente tres años marcianos. Cada año marciano equivale a 687 días terrestres. Las variaciones en las misteriosas manchas se localizaron con un algoritmo de detección de cambios capaces de identificar las alteraciones sutiles que ocurren en la superficie marciana y descubrieron que algunos de los surcos habían crecido más de 200 metros en apenas dos meses terrestres.
Los científicos siguieron los cambios estacionales de estas marcas que se repiten en varias pendientes pronunciadas de la superficie marciana en las latitudes medias del hemisferio sur del planeta, aunque algunos aspectos de las observaciones están sin resolver. Entre los cambios detectados, indicaron que las marcas se alargan y oscurecen en las laderas orientadas hacia el ecuador del planeta desde finales de la primavera marciana hasta principios del otoño.
El equipo explicó que apunta al agua salada como la causante de estas “manchas” porque la salinidad disminuye la temperatura a la que el agua se congela y puede permanecer líquida a las temperaturas que alcanzan estas laderas durante su temporada calurosa. Sin embargo, el mecanismo exacto de cómo se produciría el proceso y el origen de la fuente del agua aún no están claros. “La mejor explicación que tenemos para estas observaciones hasta ahora es que sea un flujo de agua salobre, aunque este estudio no lo prueba”, asegura McEwen, principal investigador del HiRISE y autor principal de la investigación que se publicará mañana viernes en la revista Science. El descubrimiento de agua salada sería importante para futuros estudios sobre la existencia de vida en Marte y para la comprensión de la historia del agua en el planeta rojo.
“Es difícil imaginar que (las manchas) se formen por otra cosa que no sea el líquido que se filtra por las laderas”, apunta otro de los autores del estudio, Richard Zurek, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JLP) de la NASA, quien señala que la pregunta es si en Marte está sucediendo ese mismo fenómeno y por qué en esos lugares.
La misión Phoenix Mars Lander de la NASA que inició las exploraciones de Marte en marzo de 2008 confirmó la existencia de una capa de agua congelada.
Los científicos determinaron que el agua podría haber salido a la superficie a lo largo de la historia de Marte, dejando sobre el terreno canales secos y otras huellas. Un cohete Atlas V partió este sábado desde Cabo Cañaveral (EE.UU.) impulsando al espacio el robot mejor equipado hasta la fecha con el cual la NASA espera determinar si hay, o hubo alguna vez, condiciones para la vida en Marte. El cohete propulsor despegó a la hora 15.02 GMT desde la plataforma 41 en la Estación de la Fuerza Aérea en Florida. El Laboratorio Científico de Marte (MSL, por su sigla en inglés) llegará al planeta rojo en agosto de 2012. Dos minutos después de la partida, en una mañana nubosa sobre Cabo Cañaveral, y cuando el proyectil ascendía a 7.778 kilómetros por hora, se desprendió el primer segmento del cohete propulsor una vez agotado su servicio.
Luego que se desprendió el segundo segmento del cohete propulsor, la cápsula que contiene el robot “Curiosity” se disparó a más de 24.000 kilómetros por hora hacia su travesía de 9,65 millones de kilómetros en los próximos ocho meses y medio con destino al cráter Gale de Marte.
Un grupo de científicos de EE.UU. se encuentra desarrollando un instrumento para analizar la posible existencia de organismos vivos con genes comunes en Marte y la Tierra, informó este miércoles el Massachusetts Institute of Technology (MIT). La investigación, denominada “Búsqueda de Genomas Extra-Terrestres” (SETG), se lleva a cabo dentro del Departamento de Ciencias Terrestres, Planetarias y Atmosféricas del MIT. Las premisas de las que se parte son que el clima en la Tierra y Marte en los orígenes del sistema solar eran muy similares, que multitud de roca marciana ha viajado a la Tierra fruto del choque de asteroides y que existe evidencia de que algunos microbios pueden sobrevivir los millones de años de distancia entre ambos planetas.
Además, y según el MIT, la dinámica orbital señala que es 100 veces más fácil viajar de Marte a la Tierra, que a la inversa. El resto de la teoría, de probarse, llevaría a contemplar la posibilidad de que los seres humanos podrían ser descendientes de organismos marcianos. El aparato desarrollado por el equipo del MIT, capitaneado por los investigadores Christopher Carr y Clarisa Lui, estaría diseñado para tomar muestras de suelo marciano y aislar microbios existentes o restos de microbios, para después separar el material genético y analizar las secuencias genéticas.
Posteriormente, y mediante el uso de marcadores bioquímicos, se compararían estas secuencias para buscar signos de patrones casi universales entre todas las formas de vida conocidas.
Aunque reconoce que es una investigación “a largo plazo”, Carr indicó que ya que “podríamos estar relacionados con la vida en Marte. Al menos deberíamos ir y ver si existe vida relacionada con la nuestra”. Según Carr, “el mejor lugar para buscar vida en Marte hoy es bajo su superficie”.
El equipo del MIT afirmó que podría tardar cerca de 2 años en completar el prototipo del SETG, pero que una vez desarrollado sería factible integrarlo como un taladro en un vehículo espacial de una futura misión que viaje a la superficie de Marte para tomar estas muestras. Desde que los dos módulos Viking de la NASA aterrizaron en Marte en 1976, no se han vuelto a enviar instrumentos a la superficie marciana en busca de evidencias de vida.
Por su parte, el astrobiólogo Christopher McKay, del Centro de Investigación de la NASA-Ames, en California, afirmó que “es plausible que la vida en Marte esté relacionada con la vida en la tierra y por lo tanto compartamos genética”. Sin embargo, añadió otro tipo de motivo para la investigación en marcha. “Desde el punto de vista de la salud de un astronauta y de la recogida de muestras, hay más por qué preocuparse si existen organismos estrechamente relacionados” con los humanos en Marte, “ya que son mucho más infecciosos que unos organismos totalmente extraños”, explicó.

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